Juegos tradicionales


LA COMBA

 


El juego de la comba es un juego muy sencillo y divertido. El único material que se necesita es una cuerda gruesa y muchas ganas de saltar.
 
Si el juego se hace en grupo, dos personas tienen que dar a la comba agarrándola por los dos extremos, y el resto (un número indeterminado) son los que saltan. Cuando alguien se confunda se pondrá a dar y la que daba pasará a saltar.
 
Hay muchas formas de jugar, a veces se salta de uno en uno y otras veces saltan todos juntos, como se ve en las fotos. Eso depende de las reglas que se pongan cuando se va a empezar a jugar.
 
 
 

La rayuela



Es un juego de iniciación infantil, que representa el conocimiento de uno mismo.

El juego comienza tirando una piedra pequeña (también llamada tejo) en el cuadrado número 1, intentando que la piedra caiga dentro del cuadrado sin tocar las rayas externas. Se comienza a recorrer la rayuela a pata coja sin pisar las rayas, guardando el equilibrio hasta que se llega al cuarto piso donde hay dos casillas y podemos apoyar los dos pies. Seguimos el número 6 a pata coja y nuevamente en el 7 y el 8 apoyamos los dos pies. Ahora hay que volver al número 1. Debemos saltar y darnos la vuelta sin pisar las rayas y deshacer el mismo camino hasta el número 1 donde nos agacharemos a por la piedra sin apoyar el otro pie.

Si no hemos pisado raya continuamos el juego ahora tirando la piedra en la casilla número 2 y repitiendo lo mismo. Si la piedra no cayera en la casilla número 2 o tocara raya pasaría el turno al siguiente jugador. El objetivo es tirar la piedra en las demás casillas sucesivamente. Quien acabe antes la ronda del 8 gana.

 

 

La peonza


El juego de la peonza, “reinadera.”, “galdrufa” es un juego de habilidad y destreza. Consiste en lanzar al suelo la peonza, enrollada en una cuerda, haciéndola rodar sobre sí misma sobre la punta metálica del extremo. Dicha punta tiene que estar bien sujeta y encajada en la madera. Antiguamente esta pieza metálica se sacaba del pirulo de las bisagras de las puertas de las casas y se encajaba en el agujero con un “señalín de cagallón” para “enforigarlo.” En ocasiones se puede coger del suelo, una vez lanzada, reinando, y subirla por la cuerda; ponerla sobre la palma de la mano o lanzarla sobre otro participante como si se tratase de un juegos de malabares.


 


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